martes, 25 de mayo de 2010

CAMILA

Camila, aquella niña de la calle, hasta hoy creí que lo era. Cuando mi moto recibía el día con el pie izquierdo me tocaba dejarla parqueada afuera de mi casa y dirigirme al trabajo en metro. Llegaba a la estación Universidad y al encontrármela de frente siempre me seguía hasta el trabajo, le comentaba muchas cosas, nunca contesto pero sé que le agradaba escucharme. O simplemente era el interés de que cuando llegaba a la empresa le daba algo de comer, pero me agradaba la idea de sentirme escuchado sin que digan que están, o no, de acuerdo.
En otras ocasiones llegaba a la empresa y ya me estaba esperando para que le diera algo de comer. Siempre intentaba evadir algunas funciones de la empresa para sacar el tiempo y darle de comer a ella. Cuando le daba jamón, se lo daba por pedazos y cuando observaba que ya en mis manos quedaba el último pedazo se iba con una simple mirada de agradecimiento. Esta es la misma historia hace más de un año en la empresa. Hoy llegó su dueña a la empresa a decirnos, de forma sarcástica, “se murió su mascota” a lo cual el portero responde sorprendido que cual era la mascota de nosotros, y ella responde, nuevamente en un tono sarcástico, “pues la perra que todos los días le daban comida”, “ah, Camilita?” responde el portero, “como la quieran llamar” grita la señora, nos dice la señora que “el sábado no quiso comer, venía con nauseas, después al día siguiente la llevamos al veterinario pero no alcanzo a llegar viva”. El veterinario determino que tenía una ulcera, que de ello había muerto. La señora nos dice muy alterada que fue culpa de nosotros, la verdad es que ya es difícil remediarlo o saberlo, pero se sintió alegre con nosotros.
Quiero empezar a mostrar partes de mi vida, desde mi lente social “los demás nos ven con su lente, si su lente esta empañado nos ven distorsionados, y eso tampoco es su culpa, es solo su lente, comprenderlo y aceptarlo es saludable” (Prima). A veces no sé porque lo llaman sociedad si cada vez nos comportamos como animales. Siempre confundo ser humano con el animal, siempre estoy pendiente de ello, busco en el diccionario o más rápido en wikipedía, que no se me vayan a trocar los significados, no por miedo a que me confundan con un animal, sino porque no sabría como rascarme las pulgas.
“Cambiar una ortodoxia por otra no supone necesariamente un progreso, porque el verdadero enemigo está en la creación de una mentalidad gramofónica repetitiva, tanto si se está como si no de acuerdo con el disco que suena en aquel momento. (Sacado de Rebelión en la granja-George Orwell)."
Camila, aquella perra callejera, que se volaba de su casa a pasar buenos ratos, corriendo, mordiendo, pidiendo, durmiendo… para después llegar a su casa y disfrutar con su amigo, fue enterrada con todos los honores, se la llevaron para su pueblo y allí la sepultaron. La verdad, a todos nos dejo sorprendidos. Tal vez por temor a que nuestros comportamiento nos lleven a la tumba en la más completa soledad. Siempre quise escribir sobre ella y estaba esperando el momento preciso para tomarle la foto y poder mostrarla. Aunque en mi lista no seguía Camila, fue su turno, en honor a su grandiosa vida.

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