martes, 29 de junio de 2010

CARGAS SOCIALES

MMM, como así que las personas que creo son parte de mi esperan para ser mejores que yo, acaso cuantas veces me he caído y las mismas veces me levantado en Cristo. Cuantas veces con el mejor deseo les ayude y puse sobre mis responsabilidades las de ustedes, cuantas veces aposte por sus futuros, cuantas veces me vieron caer e intentaron ayudarme pero simplemente para satisfacer sus propias necesidades. ¿Creíste acaso que por no tener sus responsabilidades, no tengo las mías, o crees que las de ustedes son más difíciles? Crean o no, siempre les he apoyado y me he precipitado por ayudarles. Ahora siento que me dan la espalda cuando estoy feliz, siempre ha sido así, no han tolerado que me sienta más cómodo con mi vida que ustedes. De pronto hasta me he precipitado en escribir, pero siendo lo mejor, así exhorto alguna culpa en mi. Me ha tocado, como lo digo siempre, buscar en el diccionario, o simplemente Wiki pedía, el significado de ser bueno y no ser tan bueno. Pues mis actos, para los que amo, son de egoísmo para con ellos, pero el acto de ellos para conmigo son de desprecio, asimilando o diciendo simplemente, ya no haces parte de mi. Nunca me preocupe por la necesidad de tener alguien a mi lado, estando solo físicamente me ha hecho fuerte, y de cada error que tengo siempre saco lo mejor. Ahora me he sentido más tranquilo, pero sigo viendo que los que dicen quererme no les gusta para nada, haciendo de mi vida un manjar de sarcasmos y de ironías para sus comentarios de mesa.
Salir “adelante” ha sido tan difícil pero igualmente emocionante, que la mejor forma en que me han ayudado es dándome la espalda, ha sido la mejor maestra, “mi maestra de espaldas”. ¿Quién creería que de alguien que no presta atención a tus momentos difíciles también puedes aprender y aparte de eso, volverte fuerte?
Gracias Dios por darme la sabiduría de tomar lo bueno de lo malo, gracias a los que me apoyan, y miles de gracias a los que no, pero muchas más gracias para los que se alteran con mis alegrías, pues de ellos ha brotado las ganas de seguir en pie de guerra. Simplemente quiero que la soberbia no penetre mi alma, y destruya lo que a poca gente le gusta de mí. Muchos me han tildado de loco, otros me han dicho “charro”, otros me dicen que me comporto muy raro, otros que soy despectivo en conocer nuevas personas, otros simplemente me admiran por mirar los problemas como una ilustración de lo que no se debe hacer y soslayar lo mejor de ellos.
Como decía mi prima, el problema no son mis amigos, ni mis hermanos, ni mis padres… el problema es que nací en un lugar donde no encajo, la pregunta es ¿Por qué en este hogar?.. Ese es el reto de un buen cristiano…. (LDJM)

miércoles, 9 de junio de 2010

GENERACION XD

Recuerdo que la generación que me imponían no era para mí, al menos eso creo y cada día me convenzo de ello. En cada una de las situaciones he estado al otro lado de la multitud. Entre tantos recuerdos, inutiles por cierto, pensaba en mi niñez. A esa corta edad llena de felicidad, disfrutando momentos con mi hermano, también compartía momentos con amigos, aquellos compañeros de guardería. En muchas ocasiones, aquellos niños se reunían para hacer juegos, extraños para todos pero de algún modo alguien explicaba las reglas del juego. Ahí estaba yo, observando a la mayoría, al otro lado del salón. Marcela se reía, Claudia tenía una mirada de curiosidad y de atracción, Gonzalo se sentía reprimido y se apartaba de ellos. Sin embargo, aunque yo estaba lejos de estos juegos, no lo hacía por el simple hecho de que observar a cada uno me parecía más llamativo, sus actos eran irrelevantes para mis ansias de juego. Mucho tiempo después, con un poco mas de lógica me hago la pregunta, ¿Quién llevo estos juegos sin principios fundamentales hasta aquel lugar de inocencia?, ¿De dónde saco aquel niño las reglas del juego? Mi memoria a largo plazo es buena, no hice parte de esto, y me sonreía al pensar que las miradas se mezclaban entre desconfianza, inseguridad, deseo, risas, juego de niños… No fui parte de aquella época.
Años después siguen pasando muchas cosas iguales, hasta en mi familia he encontrado palabras como bobo, gay, amargado, lento…etc. De ello nunca me he preocupado y mucho menos enojado con las personas que más amo, como dice Luz Dary, es solo su lente que se encuentra empañado. Como en toda regla general hay dos caras; hay quien dice también que soy loco, relajado, demasiado exigente, también hay quien dice que soy un poco extraño, otros que soy indeciso….etc. Recuerdo cuando en un paseo a Yolombó, todos los amigos que viajamos, creo que tenía 11 años, nos reunimos para jugar, cuando se decidió, todos acertaron en que querían jugar “Pico Botella”, yo me hice a parte, simplemente observe y me divertí cuando todos con la obsesión de un beso, se empujaban cuando la botella lentamente iba deteniendo su ritmo circular, fue gracioso. INSTINTO CANINO. Sencillo, no fui parte de esta generación, pero observe y me reí, después de esto me dijeron Bohórquez, me reía con ellos y con mi hermano, y después me entere que ese era el apellido de un gay del pueblo, y aún así, me causo mucho mas risa, me reía del alias; que tenía un sonido muy divertido; y de lo estúpido que fui al reírme de mi.
Tampoco hice parte de aquella generación que en séptimo grado de bachiller se adentraron a “Probar” la marihuana. Creo que solo querían demostrar ante dos mujeres del salón, que eran “valientes”, después comprendí que no era valentía, simplemente era un acto cobarde dominado por una aceptación social al fin y al cabo efímeras. Mi mente siempre estaba al otro lado, observando su comportamiento, parecían animales en cortejo. Quise estar con ellos al momento de que probaran este alucinógeno, pero esta vez me toco simplemente escuchar las historias de cómo Avispa y el gordo probaron la desdicha de la discordia. Ese día ellos pelearon, nunca supe porque.
Estuve detrás de la generación, paralelo en el tiempo, cuando tener piercing era una moda, aún así muchos lo siguen creyendo. Recuerdo cuando estábamos reunidos varios amigos en una “recocha”, uno de mis primos le pregunto a uno de los amigos, “¿Por qué se hace uno un piercing?, el joven responde, como si eso fuera sugestivo, “parce, píllela(Obsérvela), ese huequito por donde entra el arete se ve muy bakano men”, mmm, mi primo salta y le dice, “Explícame que es lo bakano de tener algo en la boca, que no te deja hablar bien, no te deja comer bien, y no se ve, y el de la ceja que se ve no me parece nada bonito”, de nuevo una respuesta sugestiva, ”Parce te la tenes que soyar(Disfrutar)”. Mi primo me miraba como extrañado y no se había dado cuenta de que yo estaba igual o más aturdido que él, y dije que me explicara como lo hacen, “Parce, sencillo, vas a un chuzo (Local) donde hagan piercing y eliges donde hacerlo, después con una maquinita te hacen el hueco y duele mucho…” mi primo con cara de inocencia, reprocha, “vos pagas por eso”, “jajá” se ríe el joven, “claro hermano, pero el más caro fue el de la ceja”… Mi primo sacude su cabeza como tratando de que toda la información sea digerida por su cognitivo razonar… “¿Usted paga para que disfruten haciéndote sufrir?”. Definitivamente estábamos en tiempos equivocados.
Otra cosas que me saca una sonrisa es el hecho de pensar que tampoco fui parte de la generación que no podía vivir sin novio o novia, estas personas se sentían solas a pesar de tener muchos amigos, tampoco fui parte del que tener novia era una obligación en el circulo que andaba.
Una historia que me sorprende puesto que me ayudaron en la redacción:
“Era fin de semana estábamos desprogramados, pero había salido un plan para celebrar el cumpleaños de un primo, nada del otro mundo, una rumba de sala familiar en donde los padres son figuras ausentes o lejanas y parece que los hijos son los que mandan en casa.
Llegamos en las motos, mientras observaba el tercer piso algo me decía que no pasaría nada extraordinario allí, pero subimos, mas por vagancia y porque no había nada mejor que hacer. Había de todo, mujeres hombres, licor y drogas, yo tomo una cerveza pero las drogas no son lo mío, puedo pasarla bien sin ellas.
En una esquina estaba ella, la mujer rescatable de la noche, bella, con apariencia de ser “diferente” hablamos mucho, me atraía y hablaba de cosas diferentes, me convenció de que lo era, y yo la seguía a todas partes, todos estaban tan locos con sus drogas buscando desenfrenadamente con quien tener sexo. Para mí era distinto, no buscaba con quien tener sexo, buscaba compañía, de repente a ella le gustaba el primo, que estaba con la novia, por eso se escabullía de mi presencia, pero yo la buscaba y me seguía gustando. Los chicos bajaban al primer piso disimulando (al menos eso creían ellos) para entrar en “acción” con las chicas. La seguí a ella, para ver hasta donde era cierto tanta verdad acerca de que era “diferente”, la busque entre las parejas que estaban desnudas en la sala teniendo sexo, pero no estaba, al final rendido de buscarla quise marcharme y al pasar por el pasillo hacia la azotea, la vi a través de la rendija de la puerta de una habitación, estaba haciéndole sexo oral al primo, abrí la puerta para desenmascararla y ella extendía su mano y me invitaba, pero no era eso lo que quería de ella, no compartirla con alguien más, tampoco su cuerpo, lo que yo quería era su esencia, algo que me probara finalmente que las mujeres no son todas iguales y que hay algunas por quien vale la pena apostar la vida.”

Hay varias historias las cuales puedo contar desde la observación mas no de la acción, no hice parte de los bailes que hacían en el colegio, aunque asistí siempre esperaba a un lado a que mis amigos bailaran para seguir charlando. No hice parte del que fumo marihuana pero si estuve ahí, esperando a que sus acciones me hicieran sonreír. No hice parte del que probo las drogas, pero en dos ocasiones traspase el puente que dividía la observación y la acción. Nunca tuve miedo en pensar que las drogas atraparían mi ser y me consumiría en ese mundo, que aunque sea en el día, todos vivían como si fuera de noche, sin tratar la noche de forma peyorativa. Después de esto me devolví al lado que pertenezco, es una fuerza que me llama a estar apartado de esas cosas oscuras, fue como una soga amarrada de mi espalda que me hace volver al camino, si este es de tranquilidad, alegría, calma etc. Ahí estaré, no dejaré la soga. En varias ocasiones la estire mucho.
El nombre era curioso cuando en mi moto pasaba por muchos lugares y observaba como los machos hacían llamados a las mujeres, con piropos vulgares, con cara de perversión. Me reí pero también me causaba una aversión. INSTINTO CANINO.